Tras la recepción, el donante es atendido por personal médico o de enfermería que le tomará la tensión arterial y le realizará un análisis in situ de hemoglobina, bastará con una pequeña punción en uno de sus dedos y extraer un par de gotitas de sangre para determinar si tiene los niveles adecuados para donar o si es mejor esperar a una próxima ocasión si se detecta algo de anemia.
Si los niveles son adecuados, el médico le realizará algunas preguntas sobre su historial para garantizar que la donación es segura para usted y para el paciente que va a recibir su sangre.
En todo momento los profesionales del Centro de Transfusión velarán por el donante para que se encuentre cómodo y lo más relajado posible, y en poco más de 10 minutos se le habrá realizado una historia y exploración médica, con tensión arterial, pulso sanguíneo, y un análisis rápido de hemoglobina, y estará listo para la extracción.